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Lupita Navarro

MI EXPERIENCIA EN LA UNIVERSIDAD

COMUNICACIÓN AUDITIVA

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El sonido es una energía vibratoria, que a partir de una fuente y propagándose por un medio elástico llega hasta un dispositivo receptor, generalmente un órgano sensorial.
Si no hay medio, el sonido no se transmite. La fuente debe ser susceptible de vibrar (las moléculas del aire tienen que vibrar, tienen que ser mecánicas).
El sonido es un objeto de varias caras. Tiene atributos objetivos del sonido y su correlación, que son los atributos subjetivos del oído.
El Habla es el sistema de señales fonéticas, organizadas y percibidas en una serie de niveles de integración:
Morfológico: morfemas y fonemas.
Léxico: unidades o palabras.
Sintáctico: frases.
Prosódico: entonación.
Semántico: organización de los sonidos desde la información que transmiten.
Hay dos teorías en la Comunicación Auditiva
Pierre Schaeffer: grupo de investigación musical. Enfoca el sonido como objeto sonoro aislado, no importa de qué cuerpo procedo. El sonido hay que aislarlo con, por ejemplo, magnetófonos, para tratarlo, manipularlo e investigarlo como tal. Los sonidos cuya fuente no vemos son acusmáticos (altavoz, radio...), la música está constituida por sonidos aislados articulados entre sí.
Murray Shafer: lo explica como paisaje sonoro, el sonido hay que verlo en su contexto, donde adquiere sentido. Es una línea ecológica. El sonido es significante (patrimonio cultural de la ciudad).
En nuestra sociedad existe un caudal de información que se emite, en gran parte, a base de sonidos, a veces, indispensables para un normal desenvolvimiento de la vida diaria.
Teniendo en cuenta que los sonidos se reciben gracias al sentido de la audición, muchas situaciones cotidianas pueden resultar problemáticas para quienes están aquejados de sordera. Actividades tan habituales como escuchar un aviso por megafonía en un recinto público, realizar una gestión ante una ventanilla administrativa o, sencillamente, hablar por teléfono y disfrutar de un programa de televisión, pueden suponer un serio problema para las personas que tengan disminuido o perdido el sentido del oído.
En la actualidad, la tecnología contribuye en muchos casos a solventar estos problemas y a reintegrar a las personas sordas a la normal actividad familiar, educativa, laboral y social.
Sin embargo, la sordera es una minusvalía sensorial que no se aprecia exteriormente, lo que provoca que la sociedad, en general, desconozca los efectos que se derivan de ella. El éxito de los avances tecnológicos no servirá de nada si la sociedad no es consciente de las múltiples dificultades con las que ha de enfrentarse la persona con discapacidad auditiva en su vida diaria y no se esfuerza en suprimir esas Barreras de Comunicación, siendo imprescindible que las autoridades tengan en cuenta estas dificultades y se generalice:
El desarrollo de una normativa que contemple la problemática que se deriva de la sordera.
El acceso de las personas sordas a los avances tecnológicos.
La señalización visual en los recintos públicos.
La creación de plazas permanentes de Intérpretes de Lengua de Signos en los sitios precisos.
Conseguirlo es una tarea común, necesaria y compete a las Administraciones Públicas, a las empresas y, por supuesto a todas las personas oyentes.